Situada a casi 1000 m de altitud en las montañas de Ronda, Andalucía, en una reserva natural que contiene restos arqueológicos ibéricos, esta propuesta de resort rural consta de un par de edificios ‘cortijo’ cuya modernidad solo se hace patente de cerca. Buscando nada más que minimizar su huella visual y ecológica en deferencia al paisaje, el proyecto aspira a ser arquitectónicamente discreto y silencioso.
El cortijo mayor aloja ocho suites, restaurante, bar y gimnasio, mientras que el menor contiene cuatro suites, spa y la residencia del propietario. La arquitectura está condicionada por el clima extremo, la topografía, la orientación solar y las vistas; incorporando elementos de arquitectura popular y tradicional como patios y porches que forman espacios intermediarios.







